¿Conviene reparar un equipo dañado, comprar uno nuevo, un refurbished o no hacer nada?
Siempre uno se pregunta si vale la pena reparar un equipo dañado y ésto depende de las necesidades del uso del equipo.
Si el equipo no se requiere reemplazar o no es necesario para la operación actual, lo más recomendable es destruirlo de manera adecuada para que no afecte el entorno, a través de un reciclador registrado o del lugar adecuado.
Si el equipo requiere ser reemplazado o reutilizado, lo primero es revisar si está en garantía o en contrato de mantenimiento con el fabricante o distribuidor y si su falla no está por alguna razón fuera de la garantía o contrato. Alguna de las motivos por los que no aplican las garantías, son descargas eléctricas, humedad, mal uso, golpes o daños al trasladarlo.
La decisión de comprar un nuevo equipo, dependería de el costo de reposición y tiempo de vida. En ocasiones, el modelo todavía está a la venta o es posible encontrar un equipo de refurbished a un precio adecuado y si el mismo, no tiene costos o trámites extras por tenerlo en el país como importación, transportación e impuestos y los tiempos de entrega, puede ser una solución adecuada.
El reparo se vuelve útil, cuando se tiene la posibilidad de no gastar más del 30 al 35% del valor de reposición del equipo, se cuenta con un proveedor confiable y que mantenga control adecuado de los reparos y pueda manejar diferentes marcas a la vez.
Sin embargo, cuando el equipo no tiene forma de conseguirlo por estar descontinuado, no haber refurbished, ni venta y el servicio o la red no puede operar sin ese equipo por que implicaría cambiar mas equipos incrementando el costo total, el reparo se vuelve un servicio esencial.
Reparar es extender la vida útil de los equipos electrónicos, permitir que los recursos naturales sean consumidos de manera gradual y a la vez, lograr un beneficio economico a la operación de los negocios al mismo tiempo.